Es el trastorno psicológico más frecuente y suele hacer mucho daño a la persona que la sufre y a sus familiares, afectando a todos los ámbitos de la vida y, en estados graves, puede llevar al suicidio.
Se caracteriza por un estado de ánimo habitualmente bajo y por la pérdida de la capacidad previa de disfrute por las actividades cotidianas de la vida y por las cosas que solían interesar y gustar a la persona . Suelen aparecer otros síntomas: irritabilidad, ansiedad, cansancio excesivo y continuo, problemas de sueño, cambios en el apetito...